¿Es un abono?...¿es una enmienda?...Noooo,
es...¡Supercompost! Hasta ahora no habíamos visto nada igual. Nadie ni tanta cantidad, ni con tan buen aspecto. Estos de GRAMA saben lo que se traen entre manos.
Quizás sea porque cuentan con un arma secreta: tienen de su lado a
Supercompost.
Supercompost sueña con la Red Intergaláctica de Huertos Urbanos Comunitarios |
Es paradójico que uno de los huertos urbanos –en
funcionamiento- más antiguos de Madrid sea precisamente el huerto menos urbano
de todos. En el centro de La Casa de Campo, junto a las vías de la línea 10 del
Metro hay un espacio en el que no se ven edificios cerca, en el que no se oyen
coches. Si vas por allí te apetece más leer un libro bajo la gran encina que
ponerte a trabajar en los bancales. Son tipos listos estos de GRAMA.
GRAMA en realidad no se dedica a esto de cultivar. Son de
estos ecologistas que están de mala leche todo el día, mosqueados por campos de
golf que crecen en espacios protegidos, por ríos contaminados a los que no se
les da solución y por cazadores que disparan donde les viene en gana. Pero les
viene bien tener este huerto educativo. A alguno de los que más maldad acumula,
se le escapa una sonrisilla cuando viene por aquí. Esto también es un huerto
terapeútico.
Tienen tres compostadores, bien metidos bajo árboles que
les dan la sombra que necesitan. Los tres de plástico, comerciales, de esos que
valen pasta. Parece ser que se los trajeron los reyes magos. Son unos compostadores tan pijos, que quedarían super-monos en el Campo de la Cebada. Uno es de 2000
litros, octogonal, austriaco; otro dos de 300, uno ful y el otro germano. Nos
cuentan que no siempre fue así. Antiguamente había unos compostadores de
palets, bien tapados con un tejadillo. Pero eso fueron otros tiempos, antes de
que tomara el mando Supercompost.
Compostadores pijos de 300 litros |
El compost sonríe |
Supercompost no siempre lleva este disfraz puesto.
Normalmente va con el de “Huerto-man”. Pero el chico sabe a quien arrimarse,
aprende rápido y sabe aplicar los conocimietnos la mar de bien. Ahora es capaz
de hacer uno de los mejores compost que se hayan visto en el oeste de Madrid.
Las cochinillas juegan al corro de la patata. El compost sonríe, tiene ganas de irse al bancal.
Pero en GRAMA no sólo hay calidad. También hay cantidad.
No podía ser de otra forma. Son capaces de obtener 2 m3 dos veces al año ¿El
secreto?... Supercompost y yo nos miramos, sonreímos. El secreto es que somos
de GRAMA y las cosas las hacemos así. Somos tan buenos que hay gente que se
cree que Pablo Llobera y Kois son de GRAMA.
Carlos y Saúl criban |
Carlos y Saúl se afanan en cribar el compost, con la criba de "pin y pon". Tardan todo el día en tamizarlo. No importa el sufrimiento, sólo la
calidad. Miguel les da el relevo. Otra palada, otra palada, otra más... “¡No
hay dolor, todo por GRAMA!”, se les oye decir. Celia habla por aquí, pasea por
allá. Está orgullosa de Huerto-man. Hoy ha hecho un bancal con forma de
corazón.
Supercompost está contento. Hace un doble mortal hacia delante, cae sobre Carlos y...¡Cataplón!. Uno se
parte el cuello, otro se parte el brazo. No se asusten, las herramientas del
compost lo arreglan todo.
Brazo roto y cuello roto. Las herramientas del compost lo arreglan todo |
Hala chavales, a seguir currando. Yo me tengo que ir
porque hay 7 graveras que están ocupando suelos ilegales en el Parque del
Sureste; y hay campos de golf que están siendo aprobados sin someterlos a
evaluación ambiental; y acaban arrasar un paraíso botánico en Coslada; y hay
una balsa llena de aceite en la que mueren cientos de aves y...
Calidad virgen-extra |